Cómo realizar un buen emplatado de jamón
Hoy en Espacio del Jamón tratamos un punto tan importante como la buena elección del jamón ibérico: el emplatado de jamón. Vamos a daros una serie de consejos para que sea todo un éxito.
Antes de ponernos en faena, debemos tener presente que el jamón debe estar a temperatura ambiente, siendo lo ideal que esté entre los 20 y 23 grados. De esta manera, el jamón comienza a sudar, volviéndose la grasa untuosa y desprendiendo todos sus matices aromáticos.
El plato donde vamos a servir el jamón no esté frío, sino templado, ya que esta temperatura ayudará a potenciar las cualidades del jamón y también a que se desprendan mejor las lonchas.
Por otra parte, los expertos aconsejamos el uso de platos de porcelana blanca, sin dibujos que despisten la atención sobre lo realmente importante: el jamón. Además sería ideal que tengan entre 30 y 33 centímetros de diámetro y que sean lo más planos posible, así se facilita el emplatado y queda más vistoso. Se debe evitar el uso de otros elementos ornamentales: el jamón debe ser el protagonista de nuestro plato.
En cuanto a las lonchas, lo deseable es que sean finas, casi translúcidas, con unos 4-5 centímetros de longitud , del ancho de la zona que estemos cortando y con su delicioso veteado de grasa. Ese es sin duda el tamaño ideal para introducirla en la boca y disfrutarla de un solo bocado, apreciando los diferentes matices de cada parte de la loncha. Intentaremos conseguir lonchas lo más uniformes posible.
El tamaño de las raciones o platos de jamón suele oscilar entre los 80 y los 100 gramos, que equivale a unas 20 ó 25 lascas de jamón.
Una vez claros estos conceptos, es importante saber que debemos manipular las lonchas lo menos posible, siendo recomendable el uso de unas pinzas Lo ideal es ir colocándolas en el plato de presentación según las vamos cortando.
La disposición en el plato es muy variada, ya que existen multitud de formas de presentarlo. Lo que está claro es que si un jamón nos entra por los ojos, mejor nos entrará por la boca, por lo que hay que cuidar el emplatado para que sea lo más apetecible posible.
Para los menos diestros en el corte y presentación del jamón, puede ser una buena idea el hacer una sola capa de jamón. Si el cortador dispone de más experiencia puede permitirse el lujo de hacer diferentes formas en el plato.
La colocación de las lonchas comenzará desde el exterior del plato al interior, solapando las lascas conformando la presentación buscada. También es interesante orientar la parte de la grasa hacia el interior del plato, además de por estética porque facilita que los comensales puedan coger las lonchas.
Con el tiempo y la experiencia veremos que es mejor no llevar una idea preconcebida de cómo vamos a disponer el jamón, puesto que cada pieza es diferente y es algo que veremos según vayamos cortando las lonchas. La composición en el plato ya es cuestión de la imaginación y las dotes artísticas del cortador.
Por último, recalcar que es muy interesante mezclar en el plato partes diferentes del jamón, ya que cada una de ellas aporta sabores y matices distintos y únicos.
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