Propiedades de las bellotas
Quercux ilex es el nombre científico que reciben las encinas, cuyo fruto es la preciada bellota. Sabemos que es el alimento preferido de los cerdos ibéricos y que las comen en libertad por las dehesas españolas. Pero, ¿qué más conocemos de las bellotas?
Las bellotas provienen de la encina, árbol también conocido como carrasca, chaparro y otra serie de denominaciones que encontramos a lo largo y ancho de nuestra geografía. En concreto, la más común en nuestras tierras es la Quercux ilex subs. ballota, cuyo fruto es redondeado y dulce. No hay que confundirlas con las Quercux ilex subs. Ilex, que dan una bellota más alargada y amarga, aunque ambas son perfectamente comestibles y ricas en nutrientes.
La encina es uno de los árboles más comunes de nuestros bosques, pudiendo encontrarlos en ecosistemas ubicados a nivel del mar y también en otros hasta 1.500-1.600 metros de altitud. En cotas más altas es menos frecuente pero no imposible encontrarlas.
Se trata de un árbol de hoja perenne que llega a alcanzar los veinticinco metros de altura, con un diámetro de más de un metro y una longeva viva, ya que se han encontrado especímenes que superan los 800 años de edad.
Si nos centramos en los valores nutricionales de las bellotas, diremos que contienen un 30% de agua y un 52% de hidratos de carbono, aportando aproximadamente un 9% de fibra, un 5% de proteínas y un 8% de lípidos, por lo que son realmente bajas en grasa. Por otra parte, enriquecen nuestra dieta con calcio (unos 70 mg por cada 100 gramos), fósforo (unos 80 mg por cada 100 gr.) y potasio (unos 600 mg por cada 100 gramos).
Aunque actualmente no es muy habitual incluirlas en nuestra dieta, antaño eran un ingrediente común utilizado en la cocina mediterránea. Hoy en día pueden emplearse en modo de harina, para fabricar licor de bellota, en repostería, a modo de infusión, incluso para fines médicos.
Estudios científicos corroboran que las bellotas ayudan a curar el reuma, tratan la diarrea y regulan los niveles de azúcar en sangre. Además, al ser rica en taninos, ayuda a cicatrizar heridas y detener el sangrado. También se utiliza en cosmética para la preparación de productos y cremas para la piel, ayudando a tratar y eliminar granos, espinillas y el exceso de grasa.
Para quien no se atreva a cocinarla, debe saber que por fortuna los beneficios que aportan las bellotas nos llegan perfectamente a través del consumo del jamón ibérico, hecho que lo convierten en una deliciosa manera de obtener todas las bondades de las bellotas.
Desde Espacio del Jamón animamos a todo el mundo a que se beneficie de todas estas propiedades de las bellotas degustando nuestros deliciosos productos ibéricos.
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