¿Por qué se cuelga el jamón ibérico?

Seguramente os hayáis planteado esta gran duda al ver los jamones colgados. En Espacio del jamón os explicamos porqué se hace y qué beneficios aporta colgar el jamón ibérico.

Además de servir como un evidente y tentador reclamo comercial,  al permitir visualizar las diferentes piezas de jamón que se exhiben, el mantenerlos colgados tiene una buena explicación relacionada con la conservación de la pieza.

Como ya sabéis, el jamón ibérico es tan delicioso como delicado y necesita unos cuidados muy específicos para obtener la mejor calidad de producto. Por eso, durante el proceso de curación del jamón, éste se cuelga para que la ventilación y secado de la pieza se produzcan de manera óptima. De este modo, al estar toda la superficie en contacto con el aire, el jamón va perdiendo el exceso de humedad y de grasa, facilitando que la carne se cure de forma adecuada.

Muchas veces, podremos ver que en la parte inferior del jamón hay un artilugio de plástico, con forma triangular similar a un sombrero de pico invertido, que sirve para recoger la grasa que suda el jamón o que chorrea por la pieza, evitando manchar el suelo. Ese utensilio recibe el nombre de “chorrera” y es la que le dio lugar a la popular expresión de “un jamón con chorreras”.

Una vez que llevamos el jamón a casa, salvo en los momentos en que lo estemos cortando, que estará en su soporte jamonero, es conveniente conservarlo colgado. En caso de que no acabemos la pieza de una sentada y nos quede todavía jamón que aprovechar, siempre que sea posible, deberíamos colgarlo en un lugar seco, oscuro y bien ventilado.

Estas condiciones de colgar el jamón, favorecen que el jamón ibérico esté ventilado y de este modo se mantenga en las mejores cualidades, sin perder ninguna de las excelentes cualidades y propiedades. Así, siempre lo tendremos listo para comer.